Retinopatía del Prematuro

La retinopatía del prematuro es una enfermedad ocular que afecta el crecimiento de venas y arterias de la retina en los ojos de los bebes prematuros nacidos antes de las 34 semanas de gestación y/o con peso menor a 1500 gr. al nacimiento. Algunos casos de retinopatía del prematuro son leves y se corrigen por sí solos, otros son muy severos, provocando el desprendimiento de la retina y ceguera irreversible.
 
Los neonatos tienen que ser revisados por primera vez a las 4 semanas de vida del prematuro mediante exámenes de fondo de ojo por un oftalmólogo especialista en retina, las exploraciones de los ojos se repiten cada 1 o 3 semanas según las necesidades, hasta haberse completado el crecimiento de los vasos sanguíneos en la retina.
 
Los vasos sanguíneos de la retina comienzan a desarrollarse a las 16 semanas de embarazo y terminan su desarrollo alrededor del parto o 40 semanas de gestación. Cuando el bebé nace muy prematuro, estos vasos sanguíneos podrían dejar de desarrollarse normalmente, por lo que la retina va desarrollando nuevos vasos sanguíneos anormales, llamado neovascularización de la retina.
 
En el caso de una retinopatía grave del prematuro, se lleva a cabo un tratamiento con fotocoagulación con láser en las porciones más externas de la retina. En este tratamiento se emplea un haz de luz láser para detener el crecimiento anómalo de los vasos sanguíneos y reducir el riesgo de desprendimiento de la retina y de pérdida de visión. También se puede inyectar un medicamento llamado bevacizumab para detener el crecimiento anormal de los vasos sanguíneos en la retina. Si la retinopatía del prematuro conduce a un desprendimiento parcial o completo de la retina, a veces se practica cirugía para volver a adherir la retina e impedir más pérdida de visión.

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